Aumenta la flexibilidad. Por medio de sencillos movimientos y constancia, los músculos van incrementando la capacidad para estirarse con mayor facilidad y las articulaciones aumentan su flexibilidad. Esto le ayuda al adulto mayor a ser más ágil a la hora de moverse y a prevenir lesiones.

Mejora la respiración. Con el yoga se aprende a respirar de manera adecuada, permitiendo que se relajen y a controlar situaciones como cuadros de estrés y ataques de ansiedad.

Mejora el equilibrio. La mayoría de las posturas de yoga trabajan en el equilibrio y por ende esta actividad es ideal para las personas mayores ya que están más propensas a caerse y sufrir lesiones óseas.

Aumenta la fuerza y mantiene la masa muscular debido a que todos los músculos del cuerpo participan en las asanas armónicamente, permitiendo que la masa muscular se mantenga y se mejore la fuerza que se pierde con los años.

Corrige las posturas. Practicar yoga permite que el cuerpo corrija los malos movimientos aliviando el dolor muscular, en especial en la espalda. Además, mejora la circulación y la oxigenación de las células en el organismo.